Comprando alimentos -Libre-

Dio un largo suspiro mientras caminaba por los pasillos del centro comercial, poca luz se filtraba por las ventanas del lugar, era cerca de las 12:00 de la tarde. Mientras caminaba miraba cada tienda, y a veces entraba a una para obtener algunos víveres que necesitara, miro su bolsa mientras caminaba distraído, contando y hablando por lo bajo.

-Mmmm veamos... atún, pan... Me hace falta algunos ingredientes Arroz- susurro por lo bajo mientras seguía hablando distraídamente, levanto la cabeza mientras miraba a su alrededor, el lugar se encontraba algo lleno, la gente se movía con algo de dificultad y otra poca se sentaba en algún lugar.

-Uff bueno a terminar esto- susurro mientras con algo de dificultad tomaba un cigarro y lo ponía en su boca para luego encenderlo.

Después de encenderlo, le dio una calada, calmando un poco sus nervios y ansiedad que tenia en esos momento, pues ir a comprar los ingredientes no era su actividad favorita, dejo el cigarro en su boca, e iba a guardar su encendedor, cuando escucho a un chico hablarle, curioso miro a su lado y se sorprendió un poco al ver al chico, levanto una ceja.

-Ammm si... claro- susurro mientras dejaba sus bolsas en el suelo y sacaba su encendedor y le prendía con algo de nerviosismo, pues sentía la mirada de aquel extraño en el no era de lo más cómodo, después de 2 intentos, prendio el encendedor y el cigarro. -listo- dijo mientras, dejaba escapar el humo y le sonreía de forma amistosa, aun con un ligero nerviosismo en si.

Lo observo curioso e intrigado, retiro el cigarro de sus labios y miro al chico por el rabillo del ojo, le parecía de lo más interesante, cuando lo volteo a ver, dio un ligero brinquito de la impresión y desvió la mirada apenado, mientras ponía el cigarro en sus labios, con un ligero sonrojo adornando sus mejillas.

-D...de nada... Mucho gusto soy Gilbert- se presento mientras retiraba el cigarrillo de sus labio y volteaba un poco, tomando la mano del chico y sonriéndole de manera amable, aun con el ligero sonrojo adornando sus mejillas, pues esos ojos se le hacían de lo más cautivadores, movió ligeramente la cabeza algo turbado por sus pensamientos.